JUICIO A LA CALCULADORA

La reunión del Departamento de Matemática de esa semana, formado por todos los profesores de Educación Básica y de Educación Media del colegio, tenía un exclusivo punto de discusión: el uso de la calculadora, tema que siempre había sido polémico cada vez que se conversaba, pero tenían que tomar una decisión definitiva como departamento por lo que la reunión prometía ser interesante.

Para tener más puntos de vista y llegar a una conclusión generalizada sobre el tema, se invitó a la reunión a la Directora, el Jefe de la UTP, los profesores de ciencias del colegio, 2 representantes del centro de alumno y 2 representantes del centro de padres del colegio.

Freddy dio a conocer el objetivo del encuentro y dejó la palabra abierta para una primera etapa de opiniones.

-Como ustedes saben – abrió la palabra Magdalena – yo hago clases de matemática en 5º y 6º básico del colegio. Y en mis clases, para que mis alumnos adquieran mayor rapidez en los cálculos deben realizar sus ejercicios sin calculadora, pero cuando les presento algún problema o desafío de ingenio allí los autorizo para que puedan usarla ya que en esa situación lo importante es el razonamiento y no lo numérico.

-Para mí –señaló Lilian– en las clases de Física es muy importante el trabajo con calculadora ya que nos permite efectuar cálculos rápidos y exactos lo que nos lleva a avanzar más rápido y mejor en los contenidos del curso. Lo fundamental, según yo lo veo, es que el alumno ante un problema, lo entienda, lo plantee, lo desarrolle y obtenga lo solicitado; la calculadora es un mero instrumento para ello.

-Yo estoy de acuerdo con Lilian –dijo Tomás, profesor de Biología– aunque en mi subsector es menos habitual utilizarla. Para mi, los alumnos deben llegar a la educación media dominando todas  las operaciones básicas. Para lograr esto en los cursos menores, voy a proponer una estrategia, que no es idea mía, sino que la leí hace algún tiempo en una revista de educación y consiste en autorizar el uso de la calculadora a los alumnos a través de un carné que certifique su dominio de todas las operaciones.

-Yo no estoy de acuerdo en el uso de la calculadora –señaló tajante Marta– en mis clases de 7º y 8º les insisto en que las operaciones que hacen en forma mental o en papel les favorece mil veces más que usar la máquina esa. La calculadora limita la adquisición de habilidades de cálculo numérico y además no desarrolla el razonamiento matemático.

-Yo no sería tan determinante en señalar eso Marta –contrarrestó Rocío, que hacía matemática en el mismo nivel- hay investigaciones que se han hecho y que demuestran que el uso de la calculadora produce una mejora de la actitud de los alumnos hacia la matemática y que también perfeccionan su destreza de cálculo, la comprensión de los conceptos y la resolución de problemas.

-No se –respondió dudosa Marta– yo siento que la calculadora tiene un efecto negativo en el aprendizaje de la matemática.

-Yo tampoco estoy muy claro en los beneficios de ella –opinó uno de los representantes del centro de padres– en nuestro tiempo no existía la calculadora y nos aprendíamos todas las operaciones y salíamos de cuarto medio sabiendo las tablas al derecho y al revés, en la actualidad no es muy común que eso ocurra. La verdad es que me da un cierto temor que se institucionalice el uso de la calculadora ya que podría llevar a los alumnos a la perdida de las habilidades del cálculo mental y las destrezas básicas. Al final su aprendizaje va a estar supeditado a las teclas de una calculadora.

Hasta ese momento Camila y Daniel habían escuchado atentamente las diversas opiniones y consideraron que era el momento de aportar y aclarar algunas cosas.

-Lo que debemos tener claro –comenzó diciendo Daniel– es que a pesar de todos sus beneficios y capacidades, las calculadoras nunca reemplazarán la mente humana. La calculadora no actúa cuando se trata de leer y comprender una situación problemática, o escribir una apropiada ecuación de un problema, tampoco al elegir las operaciones que hay que usar, la calculadora no interpreta si la solución obtenida es correcta o si es apropiada de acuerdo al problema planteado. Las calculadoras son simplemente una herramienta que puede ayudar a los estudiantes a resolver problemas y usadas apropiadamente mejoran el aprendizaje y el pensamiento, pero no lo reemplazan.

-Lo que dice el profe Daniel es cierto –apoyó uno de los representantes del centro de alumnos–, nosotros usamos la calculadora ya que facilita nuestro trabajo numérico, no es por que no sepamos utilizar las operaciones básicas, pero es innecesario estar gastando una enorme cantidad de tiempo si de repente tenemos que dividir 57.245 por 23, por ejemplo. Ustedes mismo –dirigiéndose a los apoderados– cuando tienen que calcular el IPC, o cuánto deben cancelar de una deuda que está en UF, o si quieren viajar calculan sus gastos, cuántos kilómetros por litros les da el vehículo, etc. estoy seguro que lo hacen con calculadora.

-Es importante aclarar –habló Camila– que la calculadora debe ser introducida gradualmente a la clase, combinando momentos de exploración libre con actividades guiadas con un uso controlado por parte de los profesores. Quiero resaltar lo que considero más importante de su uso y que ya había mencionado Rocío, el desarrollo de una actitud positiva hacia la matemática, dándole al alumno niveles de seguridad que a futuro incidirán en un buen rendimiento en la asignatura. Además piensen que la calculadora dará oportunidades de exploración de los números a nuestros alumnos lo que les permitirá descubrir reglas y patrones, con muchos ejemplos y en poco tiempo.

-Y estarán centrados más en los procesos matemáticos que en los cálculos -aportó Daniel–. Además que se puede utilizar en forma de desafío que sean retadores, divertidos e instructivos, planteándoles por ejemplo ¿de qué manera se puede multiplicar 20 x 50 si la tecla del 0 no está funcionando? o ¿cómo se puede multiplicar 5 x 12 si las únicas teclas numéricas que funcionan son el 5 y el 7? o ¿cómo obtener 6 como resultado en la calculadora si la única tecla numérica que funciona es el 5?

-Yo creo que la visión distintas que existen en esta reunión –concluyó Freddy- tiene que ver con los siguientes hechos: los alumnos que hoy nos acompañan ya llevan años utilizando la calculadora, con o sin permiso, en clases y en la casa. Los profesores de matemática, con la nueva Reforma, han aprendido la forma de utilizarla sacándole el máximo de provecho y su visión que antes tenían de ella ha cambiado, los demás crecimos sin la calculadora y nos enfrentamos a estos avances tecnológicos con cierto temor. Creo que sería muy beneficioso que profesores y alumnos prepararan diversas actividades de uso de la calculadora, como las que planteaba Daniel, e hicieran una muestra, abierta a toda la comunidad educativa, de modo que puedan apreciar en hechos lo que significa su utilización y los beneficios que puede aportar.

-Me parece una buena idea –señaló la Directora– demos un plazo de dos semanas para llevarla a cabo y posterior a esa muestra nos reuniremos nuevamente para tomar la decisión final. Creo que Camila puede ser la responsable de organizar este evento por sus conocimientos sobre el tema, ¿te parece Camila?

-Sí, no hay problema –respondió Camila– yo organizo un grupo de trabajo y en unos días le llevo la propuesta a realizar.

Todos nos retiramos de la sala comentando sobre lo tratado y contentos de haber podido escuchar el pensamiento de todos los estamentos del colegio.