Adiós Matemática Moderna
Al día siguiente, tal como lo había anunciado Freddy, Jefe de UTP, se iniciaba el curso sobre la Reforma Educacional. A Daniel le esperaban muchos momentos de preocupación y de cuestionamiento sobre su trabajo realizado hasta la fecha.
Ese día, tres de marzo, se reunió con Camila Bustamante, colega con la que trabajaba desde hacía siete años y a la que permanentemente surtía de materiales de trabajo, muy apetecidos por los profesores de matemática de la región, ya que contenían enormes cantidades de ejercicios, de gran variedad, con un esquema que iba desde los más fáciles a los muy difíciles, incluyendo algunos de “misión imposible” para los alumnos e incluso para algunos profesores. Juntos, se dirigieron al salón donde se reunirían todos los profesores que hacían clase de matemática en el colegio, más algunos invitados de otros establecimientos, donde se realizaría la mayor parte de las actividades del curso.
La introducción estuvo a cargo del responsable de la actividad, el Dr. Julio Zelada, destacado matemático e investigador nacional e internacional.
―En la actualidad ―comenzó exponiendo el Dr. Zelada― las metas de la enseñanza de la matemática son de consenso. Y este es un primer punto que todos ustedes deben tener claro. Hay acuerdo en saber qué se debe buscar en su aprendizaje, el tipo de enseñanza adecuada a estos propósitos, el papel que juega la resolución de problemas, y cómo influyen las creencias y actitudes de los profesores e investigadores en la búsqueda de estas metas.
―Esta nueva visión sobre la enseñanza de la matemática ―continuó diciendo― nos señala que esta debe realizarse en forma activa, dándole sentido al entorno y empleando toda la tecnología disponible. También define a la matemática como una actividad social y cultural en la que el conocimiento no se descubre, sino que se construye a partir de la experimentación, formulación, contrastación y justificación de conjeturas. Y algo muy importante, en lo que durante el curso se insistirá, mirando el entorno desde un punto de vista matemático en busca de patrones y regularidades en las situaciones problemáticas.
―Pero no crean que esto es algo nuevo y que de un día para otro a todos se nos prendió la ampolleta y vimos todo con mucha claridad ―expresó con una sonrisa― Ya en el año 1992 el destacado profesor Santaló nos hablaba sobre esto. Les voy a leer lo que él señalaba en esos años ―extrajo unos apuntes, cambió de lentes y leyó―: “En épocas de cambios rápidos en la manera de vivir, como en la actual, si la educación permanece estancada pronto se va alejando de la realidad y los educandos pasan a ser preparados para un mundo de otra época, con necesidades muy distintas a las del presente. Con respecto a los contenidos de matemática en los distintos años, los cambios tecnológicos y el crecimiento de las aplicaciones de la matemática en las distintas áreas del saber, obliga a cambios fundamentales. Deben suprimirse muchas cosas obsoletas e inútiles y sustituirlas por otras actualmente útiles para muchas necesidades profesionales y para la comprensión de cómo funcionan muchas de las tecnologías del presente.”
Al terminar de leer hizo una gran pausa, mientras hacía un recorrido con su mirada, observando a cada uno de los presentes.
―Para eso estamos hoy aquí ―dijo alzando la voz―, para suprimir cosas obsoletas, para actualizarnos, para analizar nuestras metodologías, para no cometer el error de preparar a nuestros alumnos para un mundo que no existe.
―Por eso ―volvió a su tono normal―, les deseo una excelente semana de reflexión y trabajo, les aseguro que una vez finalizado este curso, ustedes ya no serán los mismos.
Un fuerte aplauso dio inicio al curso.
Mientras se acomodaban los equipos para la primera exposición, Camila y Daniel, conversaban sobre lo que vivirían en unos pocos minutos más.
―Espero que no sea otro señor de oficina que nunca ha hecho clases que viene a hablarnos de la enseñanza de la matemática ―refunfuñó Daniel.
―Puede ser ―contestó Camila―, pero igual me interesa escuchar lo que se plantea ya que he oído tanto de los cambios en la educación, especialmente en matemática, que estoy impaciente por saber y entender bien de qué se trata.
―Mira amiga ―inquirió Daniel tomando una pose de entendido en la materia― te aseguro que nos hablará de lo mismo de siempre, pero incorporando un vocabulario nuevo con el fin de hacernos creer de grandes cambios educativos.
―No lo creo ―señaló Camila pensativa― por lo que expresó el Dr. Zelada al inicio del curso, hay otra visión de la matemática y nosotros debemos cambiar nuestro enfoque de acuerdo a esa perspectiva.
―¡Escuchemos! Ya comienza.
El conferencista inició su exposición:
“Para entender los cambios actuales, hay que trasladarse en el tiempo y analizar otras reformas anteriores, tales como la ocurrida durante el período del surgimiento y expansión de la llamada Matemática Moderna. Aunque les parezca extraño, esta reforma matemática surge en los años 60, tras el revuelo provocado por el lanzamiento al espacio del primer satélite artificial, el Sputnik I, creado por los rusos. Eran los tiempos de la Guerra Fría, por lo que este hecho preocupó enormemente a las esferas políticas de Occidente”…
Bastaron un par de frases para que los asistentes al curso se llevaran las primeras sorpresas, porque a pesar de estar entregando por muchos años los contenidos basados en ella, jamás habían sabido que éste pudiese estar relacionado con hechos históricos tan relevantes.
…“La decisión fue unánime: había que acelerar en ciencias, tecnología y matemática para competir, por lo que los gobiernos asumieron compromisos políticos y económicos. La reforma de las matemáticas se hacía imprescindible”…
Daniel y Camila cruzaron sus miradas sin decir palabras, para no perderse ningún detalle de la exposición. …
“Durante el seminario de Royamount, celebrado en 1959, se establecieron las bases filosóficas de este movimiento, cuando el famoso matemático francés Jean Diudonné lanzó el grito "¡abajo Euclides!", contando con el apoyo de otro ilustre matemático francés, Gustave Choquet. Pero lo más decisivo, fue la primera Conferencia Interamericana sobre Educación Matemática celebrada en Bogotá el año 1961, cuando delegados de los países americanos y famosos matemáticos europeos se reunieron, bajo la dirección del matemático norteamericano Marshall Stone. En aquella conferencia, se creó el Comité Interamericano de Educación Matemática para impulsar, en los diferentes países, la reforma que modificó currículos, programas, métodos, objetivos y la visión de la naturaleza de las matemáticas. El énfasis estaba dado en lo abstracto y deductivo, siendo su eje, la Teoría de Conjuntos, las estructuras algebraicas y las generalizaciones abstractas”.
El conferencista hizo una pausa y Daniel aprovechó de hacer un comentario.
―¡Esa es la materia que me gusta! ¡No la vi, ayer, cuando leí el programa de estudio!
―A mí también me extrañó no ver esos contenidos ―confirmó Camila.
“Fue así ―continuó exponiendo el conferencista― que las matemáticas se cargaron de esa ideología y de una manía por un “purismo matemático" que las llevó a distanciarse de las ciencias, de la tecnología y de la economía. La reforma contribuyó a uno de los principales defectos de la ciencia latinoamericana: el academicismo. Este movimiento internacional por la implantación de nuevas matemáticas, quería enseñarlas como una disciplina integrada por los conceptos unificadores de los conjuntos, relaciones, funciones y operaciones, las estructuras fundamentales de grupo, anillo, cuerpo y espacio vectorial, y con la rigurosidad del llamado método axiomático. Otras propuestas eran, adoptar el simbolismo moderno, dar mayor importancia al empleo de gráficas, la eliminación de gran parte del álgebra tradicional; además, algo sumamente grave, la modificación y prácticamente eliminación de la geometría euclidiana tradicional”
―¿Sabías algo de esto? ―preguntó Daniel, sorprendido y ahora interesado en el tema de la conferencia.
―¡Para nada! ¡Jamás, mientras estudié mi carrera, me mencionaron esos hechos! y la verdad es que tampoco me preocupé por averiguarlo.
―¡Qué lástima! ―exclamó Camila. Ambos siguieron escuchando al profesor.
“Y ahora después de múltiples estudios y análisis se ha llegado a la conclusión de que la matemática moderna fue un error histórico. No había desarrollado competencias intelectuales, los alumnos y alumnas habían perdido capacidades concretas de modelización, de interpretación y de visualización”.
Al finalizar su exposición, el profesor recomendó como lectura el libro “El fracaso de la matemática moderna. ¿Por qué Juanito no sabe sumar?” de Morris Kline.
Daniel y Camila se miraron incrédulos. Estaban visiblemente afectados, sintiendo el impacto de la conclusión lapidaria de la conferencia. Se percataron que por muchos años habían estado trabajando con unos contenidos que, en vez de favorecer el aprendizaje, causaban un gran perjuicio.
La comisión organizadora del curso invitó a todos los participantes a un pequeño descanso con un estimulante café con galletas y pasteles.
Fue el momento propicio para comentar la conferencia y como había profesores de otros colegios de la zona, el intercambio de opiniones fue muy enriquecedor. Lo que quedó muy claro, es que se tenía muy poco conocimiento de esa verdad. Obviamente había una evidente deficiencia en la formación de los profesores, ya que los hechos históricos rara vez se consideraban en la elaboración de los programas de la carrera de pedagogía en matemática, con excepción de Pitágoras y su famosa escuela.